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Dones del Espíritu

Foto del escritor: Iglesia Elim San PedroIglesia Elim San Pedro

Actualizado: 25 jun 2021

DONES ESPIRITUALES Los dones espirituales son habilidades especiales que Dios regala a sus hijos para la edificación de su iglesia. Debemos usarlos para bendecirnos los unos a los otros y así construir juntos una iglesia fuerte que honra a Dios. «Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.» (1 Corintios 12:11). Sin embargo, la Biblia nos dice también que podemos anhelar otros dones y nos anima a pedirlos (1 Corintios 12:31) - «Procurad, pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino aún más excelente». En la Biblia encontramos: 1 Corintios 12:4-11 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. Romanos 12:6-8 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. Efesios 4:7-13. 7 Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. 9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;


ü Sabiduría ü Conocimiento ü Fe ü Dones de sanidad ü Poderes milagrosos ü Profecía ü Discernir espíritus ü Hablar en diversas lenguas ü Interpretar lenguas ü Enseñanza ü Evangelismo ü Ayudar a otros, servir ü Liderazgo, dirección



Dios los da a sus hijos para capacitarlos a trabajar juntos por el crecimiento de la iglesia. Deben usarse con unidad de propósito, por el bien común. El deseo principal debe ser siempre que Cristo sea glorificado.


«A fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo». (Efesios 4:12)

Los dones no se nos dan como un premio a nuestra espiritualidad. Dios nos los regala para que sirvamos a nuestros hermanos y para que nos animemos los unos a los otros en nuestro andar con Jesús. Al usarlos de forma correcta mostramos que Dios es real en nuestras vidas y que es él quien nos dirige.


Dios nos capacita para cumplir con su obra en este mundo a través de los dones.

Queda claro que los dones deben usarse con amor, con el deseo de aportar para el bien y la edificación de la iglesia. De otra forma no cumplirán el propósito para el cual Dios los ha concedido.

«Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso». (1 Corintios 13:1-3)

Es importante valorar los dones que Dios nos ha dado y los dones que tienen los demás. Todos los dones son necesarios para el buen funcionamiento de la iglesia y no debemos menospreciar ningún don. Sea cual sea el don que Dios te ha concedido, agradécele y úsalo de forma fiel. Sirve a Dios con alegría y deja que él se mueva en tu vida y en la de los demás mediante el uso de tus dones.

«Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas». (1 Pedro 4:10)


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